5 de mayo de 2013

MADRE.


 ¡Madre! Si te tuviera tan solo un momento.
Me haría tan feliz darte los besos que no te di.

Poderte contar como fue mi vida sin ti.

 Contarte como te eché en falta en días tan señalados como hoy, y en tantos otros.
Que mi pena ha pasado no es cierto, solo vivo entretenida con nuevos sentimientos, pero en el fondo de todo me faltas tú Madre.

Si te tuviera Madre, te contaría de mis alegrías con mis hijos y nietos. Me entristece tanto pensar que no te hayan conocido.
Ni siquiera tengo suficientes recuerdos tuyos para contarles.

Te fuiste tan pronto Madre, que no me dio tiempo a  guardar el recuerdo de tus mimos y abrazos, que estoy  segura serian muchos los que me distes porque me sentí muy feliz contigo.

¡Si te tuviera un momento Madre! me recitarías de nuevo aquella poesía  cuando me bestias después de un baño. Esto si que lo recuerdo con gozo y alegría Madre.

BENDITA SEA TU PUREZA

Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea en tan graciosa belleza. A ti, celestial Princesa, Virgen Sagrada María, yo te ofrezco en este día alma, vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.