22 de marzo de 2012

CUENCA ENCANTA.



 Los primeros vestigios humanos en la provincia de Cuenca  se remontan al Paleolítico Superior entorno al 90.000 a. C. En la conquista de los musulmanes se construye la fortaleza Qunka,  aprovechando su situación estratégica  como emplazamiento defensivo de la Serranía. Esto y mucho más se puede encontrar buscando en su historia.
Imagen tomada de Internet.
Lo mismo en la ciudad, como en su Serranía. ¡Cuenca encanta!

 Hablo de una ciudad de época medieval de un atractivo especial para todo el que la visita, por mucho que se quiera contar de ella, lo mejor de cuenca nunca se podrá describir con palabras, porque Cuenca hay que descubrirla por uno mismo, hay que pasearla y admirarla en toda su extensión. Es una ciudad de continuos contrastes, desde  pasear por sus callejuelas y rincones, donde encontraremos un gran patrimonio religioso que nos llevara continuamente a lo misterioso de su pasado, o al mismo tiempo poder admirar la naturaleza de un entorno inigualable como si se tratase de una autentica postal.

 Por algo fue nombrada Patrimonio Mundial por la UNESCO en el año 1996.

 Su casco antiguo se encuentra en una orografía montañosa abrazada por dos ríos el Jucar y su afluente el Huecar. El barrio de San Martin esta situado en la Hoz del Huecar, unido por el puente colgante de San Pablo con el Parador de Turismo, antiguo convento llamado también de San Pablo, desde el cual tendremos una espectacular panorámica de las casas colgadas que se muestran airosas de mantener su gran porte sobre el margen rocoso de la misma Hoz, sin vértigo de asomarse al precipicio sobre el que fueron construidas hace cientos de años. Las dos casas más antiguas datan del siglo XIV, en  su interior se encuentran, el Museo de Arte Abstracto y el famoso restaurante que lleva su nombre, El Mesón Casas Colgadas, donde podemos degustar la comida tradicional de la zona y a la vez disfrutar de las maravillosas vistas que nos ofrece la Hoz de Huecar. 

 Un paseo bordeando el parque del Huecar para poder apreciar los restos de la antigua muralla, ésta, junto con sus casas construidas en la zona rocosa de las hoces, hacían de la ciudad una fortaleza inaccesible. En aquellos tiempos tenia seis puertas y tres portillos que la comunicaban con el exterior, en la noche eran cerradas a cal y canto para protegerse de posibles ataques. 


 En la noche, el mirador de La Torre Mangana en la zona del casco antiguo  nos hará disfrutar de una de las vistas más impresionantes de la ciudad de Cuenca, que dejándose llevar por la panorámica  iluminada y su magia nos ofrece una imagen pintoresca llena de encanto y brujería.

Algo de lo que Cuenca se siente orgullosa es de ser conocida como una ciudad muy religiosa, por lo tanto nos encontramos con cantidad de  iglesias y conventos cargados de historia. Hoy en día convertidos muchos de ellos en magníficos hoteles.  
También puede  presumir de su Semana Santa declarada de Interés Turístico Internacional, sus numerosas procesiones son todas dignas de ver. Junto con el festival de la Semana de Música Religiosa se convierte en un gran atractivo para el turismo religioso.


 En la madrugada del Viernes Santo podemos ver una de las procesiones más emblemáticas de la Semana Santa conquense llamada de Las Turbas, sale de la Iglesia del Salvador, a esta procesión acuden miles de nazarenos de las distintas hermandades, para acompañar con gran estruendo de tambores y clarines desafinados, escenificando las burlas que sufrió Jesús camino del Calvario.

Otra procesión que llama la atención es la del Santo Entierro en la noche del Viernes Santo, destacando en todo su recorrido por su silencio. Sale de la Catedral cruzando la Plaza Mayor y baja serpenteando por calles todas ellas inclinadas, que vista desde la parte baja de la ciudad, le da en la noche una imagen típica del Medievo de un atractivo inigualable.

Lo mismo durante el día como en la noche Cuenca es mágica y misteriosa.

¡Además si puedes, quédate unos días! Saldrás impresionado de esta ciudad, y repleto de sensaciones vividas.