30 de diciembre de 2010

LAS UVAS MILAGROSAS


Todos conocemos la tradición de tomar las 12 uvas, con las 12 últimas campanadas del año que termina, y esto dicen, nos traerá buena suerte en el año que empieza.
De lo que mas se habla es que empezó en 1909, dicen que por una gran excedencia de uva y unos cosecheros alicantinos avispados que inventaron esto para salvar la situación. (Esta es la versión mas conocida) aunque buscando encontramos otra mucho mas antigua y curiosa.
!Es esta que copio y pego!
En 1895 fue el primero en el que el Presidente del Consejo de Ministros cerraba el año con buenos deseos acompañados de uvas y champagne. Esto no fue más que la consecuencia de algo ocurrido en 1882 y que poco a poco consiguió implantarse en nuestra tradición.

¿Cómo surgió? Antes de 1882, las clases populares celebraban la Noche de Reyes por la calles de Madrid y hacían creer a los forasteros que la costumbre era salir en busca de los "Reyes" por la calle, de manera que los ridiculizaban, se reían de ellos y las calles se desmadraban. Entonces llegó la prohibición por parte del alcalde: todo el que quisiera celebrar la Noche de Reyes fuera de casa debía pagar, evitando los incidentes.

Hasta entonces, eran solo las familias acomodadas las que tomaban uvas y champagne en Nochevieja. Por eso, un grupo de madrileños, molestos por la prohibición, decidieron ridiculizarlos acudiendo a la Puerta del Sol a tomar las uvas a ritmo de campanada. Los datos apuntan que, al menos, se hizo así desde diciembre de 1896.

La prensa madrileña ya comentaba en enero de 1897: "Es costumbre madrileña comer doce uvas al dar las doce horas en el reloj que separa el año saliente del entrante". Al año siguiente la prensa animaba a seguir esta tradición con un artículo titulado "Las Uvas milagrosas".

FELIZ AÑO 2011

21 de diciembre de 2010

LA NOCHEBUENA




La Nochebuena, en nuestra tierra ya se notaba cuando se empezaba a preparar la matanza, esto era para últimos de Noviembre o primeros de Diciembre. En esos días la tarea de los niños todas las tardes después de la escuela era pelar ajos y cebollas (aunque con alguna lagrima obligada por la dichosa hortaliza) era el momento de ensayar los villancicos para esa Nochebuena.

Lo de “Buena” además de porque nacía el Niño Dios, también seria, porque se cenaba el pavo o pollo con tomate y algunos dulces especiales que días antes se hacían en el horno y como no, también algo de turrón.
Después de la cena cantábamos de casa, en casa, acompañados del sonido grave y característico de la zambomba (que se había echo en los días de la matanza con la vejiga del cerdo) o el timbre suave y hueco del almirez y el de la botella de anís vacía que raspando con un tenedor tenia un sonido muy peculiar. Cualquier utensilio de cocina era un instrumento musical en manos de un buen experto.
En cada casa que se cantaba un villancico, te obsequiaban con algunos de los dulces hechos para la ocasión, por ejemplo las rosquillas, borrachuelos o mantecados, y algo que no faltaba para los mayores era la copa de aguardiente o de mistela.

Esa Noche por los cánticos navideños, y la de Reyes por la magia que producía la ilusión de pensar que dejaran algún juguete, fueron siempre las mas celebradas de las Navidades. Poco se sabía por entonces de la Nochevieja, ni del Año nuevo.
Juguetes llegaban pocos, un año un parchis, otro un rompecabezas, unos calcetines, alguna libreta o lápices para la escuela junto con alguna moneda de chocolatina o una mandarina, era todo lo que dejaban “Algo extraño, cuando se oía decir que los Reyes eran los encargados de traer a los niños juguetes”

Estas Fiestas ahora, también empiezan un mes antes, pero con un sentido diferente. ¡Hay que empezar comprando los regalos con tiempo! Que si lo dejamos para última hora no encontraremos lo que nos ha pedido cada uno de la familia, sobretodo los reyes de los niños, si buscamos lo último en tecnología se agotan rápido.

¡Hablando de compras! no podemos dejar de cómprarnos algo de ropa para la Nochevieja y para los días de comidas y cenas que hay en estas fechas, la cena de empresa, la comida de amigos, los compañeros de piscina o gimnasio, los de informática etc. etc.

Sin olvidar las compras de la cena de Nochebuena, la comida de Navidad y todas las que le siguen, que no puede faltar el buen marisco, los ibéricos, las tablas de quesos, o los patees, de oca, el de finas hiervas, al champagne o a la pimienta, mas el cordero o pescado !el salmón ahumado que no falte el salmón ahumado! los dulces típicos como el mazapán y turrón. ¡Nada del otro mundo, los gastos que tenemos son de lo más normalitos!
Eso porque estamos en crisis, en años de bonanza te podías exceder un poco mas, que para eso es Navidad.

Solo un pequeño ejemplo de la diferencia de las Navidades de los años de 1950 a las del 2010.

¡Aprovecho la ocasión para desearos a todos! FELIZ NAVIDAD

A todos los que dejáis algún comentario y también a los que pasáis de paso.

8 de diciembre de 2010

EL PASEO DE LAS MIMOSAS



Se le llamaba así, a una parte del camino que recorría la distancia desde La Garganta a Minas del Horcajo. La naturaleza había encontrado allí el clima idóneo para la gran cantidad de plantas de mimosas silvestres que bordeaban ambos lados del mismo. Era un lugar especial, un poco mágico, romántico, algo espectacular entre tantos eucaliptos. Sobretodo en los meses de primavera cuando los árboles florecían llenando todo de un amarillo intenso, se podía disfrutar de la suavidad de sus flores y su delicado perfume. Todo el que haya tenido la suerte de pasar por allí en otros tiempos, no habrá resistido la tentación de llevarse un gran ramo a su casa para recuerdo y disfrute durante unos días.

En los alrededores de este llamado paseo, debajo de los eucaliptos se celebraba el día del hornazo el domingo de Resurrección, reuniéndose todos los vecinos de la zona con sus meriendas y el típico hornazo con el huevo cocido encima.
Los más pequeños disfrutaban buscando “los huevos de gamusinos” un juego que los mayores se habían inventado, encargándose de esconder entre los matorrales estos extraños huevos, eran cocidos y pintados de colores, gran sorpresa para los niños al encontrarlos y comprobar que además de vistosos, según se encontraban se podían comer. Un bonito día de convivencia para todos.

27 de noviembre de 2010

EL EUCALIPTO



El eucalipto es un árbol de gran porte que procede de Australia y Tasmania. Por su rápido crecimiento es frecuente encontrarlo en toda la cuenca mediterránea, América del Sur y grandes zonas de Asia.
Alcanza los 35 metros de altura, pudiendo llegar hasta los 100 metros en su lugar de origen. La corteza de su tronco se rompe espontáneamente en grandes láminas. Sus hojas son alargadas y algo curvadas. Forma unos grandes botones florales y el fruto es una cápsula con varias semillas. Las hojas de las ramas adultas se recolectan cuando están perfectamente formadas.
La infusión y las inhalaciones de hojas de eucalipto son expectorantes y estimulan y descongestionan las células secretoras de la mucosa bronquial, por lo que también se utilizan en el tratamiento de la bronquitis, la neumonía y el asma.
Los vahos de eucalipto también protegen de las infecciones, ya que al inhalarse producen un efecto antiséptico, que también ayuda a bajar la fiebre, y son muy utilizados cuando se padece gripe e inflamaciones de garganta. Aplicados por vía externa, el aceite esencial alivia el dolor producido por el reumatismo.

24 de noviembre de 2010

MI VIDA EN CONQUISTA


Cuando llegué a Conquista (empezando la adolescencia) todo era nuevo para mí, acostumbrada al silencio y la tranquilidad del campo, en el pueblo todo era un movimiento de gente, el trino de las golondrinas en las ventanas al amanecer, el sonido de los carros por las calles, la estación con el paso de trenes y automotores de la época, comercios y bares, la Iglesia en domingos y días de fiesta. Una perspectiva de vida totalmente distinta a la que habíamos vivido hasta entonces. Supongo que nuestros padres pensaron que seria lo mejor para todos.

La casa era grande y bonita, por lo menos me lo parecía en aquel tiempo. La planta baja era tienda de comestibles, muchos balcones en la planta primera, y termina en una azotea desde donde se puede ver todo el pueblo. Esta azotea, la fachada principal, y un grifo de agua corriente en el patio fue lo que mas me gusto al llegar. (Naturalmente era algo a lo que no estábamos acostumbrados)
Ya quedaban atrás las buenas lumbres en la chimenea, ahora para cocinar teníamos cocina de gas y para calentarnos brasero de picon.

Creo que llegamos en primavera, recuerdo haber pasado unas fiestas que seria San Gregorio, estas se celebran el 9 de mayo.
En estos días de feria conocí a mis primeras amigas. Podía nombrar muchas, pero ahora recuerdo a Manoli de la estación, así es como la llamábamos por entonces. A ella le encantaba leer, y pasaba por mi puerta para cambiar los tebeos, pero antes me los dejaba a mí, con lo cual el entusiasmo por la lectura que yo tenia, aumentó hasta tal punto que tenia que esconderme de mi hermano. (El decía que los tebeos me hacían imaginar príncipes que no existían en la realidad) Un mes después fue una buena manera de pasar mis ratos cuando tuvimos que guardar luto. “En aquellos años el luto por una madre era muy riguroso”

Pasaron algunos meses y a Manoli deje de verla, otras amigas me dijeron que se marcho a Madrid. Nunca más nos vimos en 50 años, hasta el año pasado que volvimos a encontrarnos gracias a Internet. Ahora su nombre es Manuela, me resulto un poco difícil dar con ella, al no acordarme de los apellidos, la reconocí en una foto, y la alegría al saber la una de la otra fue inmensa.

Al marchar Manoli, quedaron otras amigas, Maria Gloria, Luisa, Manolita, Isidora, Catalina, y alguna mas que olvide los nombres, todas ellas nos acompañaron en muchos momentos cuando no salíamos de casa.
Durante el día iba a coser a casa de la tía Vitoriana, o donde la vecina Maria Juana, luego también estuve bordando con Maria Gracia, y cuando anochecía a casa de la abuela Josefa a dormir, así fue durante el primer año. Por el miedo que teníamos de estar en casa, durante el día ya se pasaba mal, pero aun peor cuando llegaba la noche.

Como el luto se hacia eterno, ni los tebeos de Princesas, ni del Capitán Trueno o Roberto Acazar, era suficiente para ocupar la mente de una juventud que no se detenía. Me busque una excusa para poder salir. La Iglesia fue mi salida, los Domingos a misa, y todos los días al Rosario, y si había alguna misa de difuntos tampoco me la perdía. De esta manera me aprendí los misterios del rosario y las oraciones sin ningún problema.

Repasaba con la mirada una y otra vez la imagen de Santa Ana con la Virgen niña, la de San Gregorio, todos los rinconcitos del altar, hasta que al final los ojos se paraban en los dos monaguillos que ayudaban en la misa, sobretodo miraba a uno en especial, y creo que él también me miraba. Seria porque ellos eran de la misma edad, que las dos o tres amigas que íbamos "ese era nuestro entusiasmo de tanto ir a misa"

Todas las demás eran señoras mayores, mas el cura y el sacristán. ¡Entonces creo que tenía su lógica, mirar al cura era mas aburrido!

14 de noviembre de 2010

Lola.

Desde aquí quiero agradecer a una persona su interés por mi blog. El motivo puede ser debido a que se encuentra sin poder moverse al tener una pierna escayolada. Tiene que entretenerse como puede, incluso leyendo historias del año catapún, como las que cuento.
Ella y yo nos hemos visto en contadas ocasiones, al tener un familiar en común, hemos coincidido en alguna fiesta de comunión o cumpleaños, pero siempre nos alegró encontrarnos.
Lola, te voy a recordar cuando nos conocimos, fue en una de las primeras reuniones que hacia, te presentaste como la hermana de mi futura cuñada, también estaba ella Cristina, y tu madre.
Me ofreciste hacer una reunión en casa de otra persona que tú conocías. Todo aquello era nuevo, conseguir entrar en otro circulo de señoras distinto, además una zona que me parecía de gente bien, al ser todo chalet mi reunión seria un éxito, y así fue salio estupenda. Lo que quizás nadie se dio cuenta fue de los nervios que tenía la presentadora, las piernas le temblaban, la voz no le salía del cuerpo. Poco a poco fue dominando el tema, gracias a la simpatía de Lola, con su charla y gracejo, hizo que esta se encontrara entre amigas saliendo más o menos airosa.
Sabré que lo has leído si me contestas en comentarios.
Vamos mucho animo guapetona.

11 de noviembre de 2010

Mi hermano Andres.

 Mi hermano Andres, yo la de luto
Un día contaba la venida al mundo de una niña en San Serafín.
Y once años más tarde en el mismo lugar nacía otro hermano
Cuando supimos que mi madre estaba embarazada, los tres cogimos la noticia con alegría, mi hermana y yo, esperábamos jugar con el a la mamas, cuidándole y cambiándole pañales como si fuese el muñeco que nunca habíamos tenido, mi hermano, aunque la diferencia de edad era grande, pensaba que si era niño le enseñaría a jugar al fútbol.
Se notaba en la familia que todos deseábamos la llegada del nuevo niño o niña.
A mi por ser la mayor, me tocaba ayudar a mi madre con el ajuar del futuro bebe. (Por cierto que disfrute un montón, bordando los faldones, camisitas y sabanitas de cuna) Fueron unos meses que se vivieron con ilusión organizando los preparativos de su llegada.
Llego el otoño, y con el la recogida de la bellota, una mañana temprano mi padre mi hermana y yo, nos vamos a la dehesa de Conquista, donde mi padre tenia una tierra con encinas, (esto de coger bellotas y con 13 años, era muy cansado) estuvimos todo el día.
Al volver a casa, estaba mi madre en la cama y las vecinas entrando y saliendo muy apresuradas. Enseguida comprendí que iba a nacer el niño.
No acostaron pronto, pero no podía dormir, algo raro note toda la noche, hasta que llego la mañana y una vecina pasó a despertarnos con el bebe en brazos. ¡Un niño, ha sido un niño! Y le íbamos a llamar Andrés.
Aquel día 29 de Octubre de aquel año, lo recuerdo como si hubiera sido ayer. (A el se lo conté muchas veces así como hago ahora)
Que mayor me sentía cuidando de mi hermano y ayudando a mi madre.
Hasta que empezó a andar, siempre que no estaba durmiendo, lo tenía en brazos. Eso si, con la tranquilidad de que estaba cerca la mamá.
Cuando el niño tenía 8 meses murió mi madre. Entonces se presentaba un gran problema además de la tristeza, que nos invadió a todos. El pequeño se lo tuvo que llevar una hermana de mi padre, que vivía con unos parientes en Fuencaliente. Con lo mayor que me creía cuando estaba mi madre, al faltar ella, todo se me hacia muy difícil. Tardé algún tiempo en saber organizar todo lo que conlleva una casa, y volver a tener a mi hermano con nosotros.

Pasado un tiempo mi padre se caso de nuevo, y vinieron 4 hermanos más, con lo cual Andrés pasó a ser el hermano mayor de los cuatro.
Los mayores le mimábamos porque para nosotros siempre fue el pequeño, que quedo de mi madre. Los más pequeños le veían como el hermano mayor que se crió con ellos en casa.
Todos le quisimos siempre mucho, aunque el no se dio nunca por enterado.
(Ese fue siempre su problema, que se sintió desplazado, al menos él lo pensaba así)

Cuando tuvo edad de trabajar empezó en una salchichería, y unos años mas tarde fue un buen camarero, trabajo en muy buenos restaurantes, lo mismo podía servir mesas, atender al público en la barra, o ponerse en la cocina.

El horarios de los bares han sido poco compatibles siempre con la vida familiar, con lo que llego ha tener mas contacto con amigos, y compañeros de trabajo que con la familia.

En los últimos años tuvieron que hacerle un trasplante de corazón, que le mantuvo bien unos 4 años. Al final el corazón nuevo volvió a fallar y nos dejo justo hace ahora un año, cuando acababa de cumplir los 48.
Andrés nos dejo dos hijos preciosos, una chica y un chico, que hoy siendo mayorcitos entenderán lo que cuento, y al leerlo comprobaran que fue muy querido por todos.
Este recuerdo en el aniversario de su muerte, me ha costado mucho escribirlo y e puesto todo mi corazón al hacerlo.

1 de noviembre de 2010

Minas de San Serafin. En la foto mis padres de padrinos

Otro trocito de mis recuerdos esta en minas de San Serafín donde vivíamos, pues aunque en aquellos años los pastores casi todos vivian en chozos, mi padre fue un pastor privilegiado en ese sentido, aunque su trabajo era duro y sin descanso, a mis padres siempre se les veía felices. Mi padre llego a cuidar de 400 ovejas merinas y algunas cabras, Tenia tres perros de la raza Mastín Español, tuvo un zagal o dos, que le ayudaban en las tareas del rebaño, recuerdo uno de ellos, que luego la amistad que unió a las dos familias, fue muy fuerte y para siempre.

Os cuento una anécdota de este chico que no podía dejar de contar, ya que siempre que estaban juntos Miguel y mi padre la recordaban para reír un rato. Creo que el primer día que el chaval llegaba a trabajar, tendría doce o trece años, llego tan limpio y bien peinado (que mi padre que era muy guasón le dijo) ¡bueno, bueno, muy peinadito bienes tu para ser pastor! creo que el chico empezó a pasarse la mano por la cabeza hasta despeinarse, pensando que así le podía gustar mas para su trabajo.

Me gustaba ir a esperar a mi padre a la puerta de la enramada para ver pasar las ovejas de una en una, cuando una vez le pregunte como podía contarlas a todas, me explico su pequeño truco. Llevaba en la mano una piedra o chinato, por cada 25 ovejas hasta el total de las que había, y cada 25 que pasaban tiraba una piedrecita al suelo, cuando terminaban de pasar todas, no tenia que tener ninguna piedra en la mano. Así nunca se equivocaba.

Teníamos casa como todos los trabajadores de la empresa, estas eran grandes, con luz eléctrica y mucha leña la cual era fácil de encontrar por la zona, toda la que cada uno lograba acarrear para los días invierno y como no, también para verano era la única manera de poder guisar, por algo todas las casas tenían además del comedor con chimenea, una cocina pequeña fuera, para el verano.

Las viviendas en San Serafín no serian mas de seis u ocho, estaban construidas separadas, en grupos de dos, en dos en la ladera del cerro, también estaba la enrama y los pozos de la antigua mina, con una torre alta donde estaba el nido de la pareja de cigüeñas, que volvían cada año con su majestuoso vuelo y su peculiar forma de castañetear los picos para comunicarse, con su llegada anunciaban la primavera y allí permanecían junto con sus crías hasta el otoño que se marchaban para tierras mas calidas a pasar el invierno.

Se vivía bien, aunque trabajaban mucho. Mi madre se ocupaba de los animales que tenían la suerte de poder tener, estos eran, una yegua que crió una potrilla, gallinas, pavos, que después vendían, cerdos para la matanza de cada año y un huerto siempre bien cuidado con verduras, hortalizas y frutas en verano, también en invierno las coles o repollos y coliflores. Pensando en todos los recursos de que disponían, además de la leche de las cabras, mas algo de caza como conejos o perdices. (Podemos darnos cuenta que no tenían problemas para alimentarnos)
Lo que siempre eche en falta fueron juguetes y cuentos o libros, de eso no pude disfrutar mucho, solo la Enciclopedia Álvarez de la época, que me la aprendí de memoria de lo que me gustaba leer. (Pero hoy comprendo que todo lo que costaba dinero era lo que no podían darnos). Cuando alguna vez iban al pueblo a comprar, nos traían naranjas, chocolate, algo de ropa y tela para algún vestido, que también nos hacia mi madre.

Hubo muchas cosas que yo desconocía hasta que fui algo mayor. Una vez una vecina me mando a casa de otra, a por el molinillo de café. Pues se conoce que allí solo había este, porque recuerdo estar siempre con el molinillo de casa en casa, lo único que había visto moler en mi casa era malta de cebada y para mi, ese era el café que conocía, como siempre he sido muy curiosa abro la tapa y que veo, ¡dos cagarrutas de oveja! Me vuelvo a contárselo a la vecina, a decirle el descuido, y que las iba a tirar. Esta se enfado mucho y me dijo que dejara eso allí. Fue cuando supe como era el café.
¿Supongo que habréis adivinado porque dejo los granos de café en el molinillo?

12 de octubre de 2010

SALIDA DE CONQUISTEÑOS

El día 2 de Octubre tuvimos una comida de Conquístenos en Toledo, estas reuniones se celebran con el motivo de reunirnos los paisanos y poder vernos de ver de vez en cuando, unas veces se hacen en el pueblo, pero otras pueden ser en Madrid o en cualquier otro punto que pueda venir bien a todos. Esta vez éramos solo 14 pero hay otras muchas que podemos ser hasta 30 o más.
Como resulto ser un día estupendo, así lo conté a todos. Y también lo pongo aquí para tenerlo siempre a mano y recordarlo.



Como pasa siempre en las reuniones de conquístenos lo pasamos divinamente (aunque siempre se hecha de menos a los que faltan por una circunstancia u otra) pero esta salida del 2 de Octubre ha sido especial.
Puede que fuera porque hizo un día precioso, quizás por el entorno tan mágico como es la ciudad de Toledo, o porque los anfitriones Manuela y Daniel lo tenían todo muy bien organizado. Desde la hora empezar la excursión disfrutando de la maravillosa vista que nos brinda la ciudad rodeándola en coche, pasando por rincones que jamás habríamos podido descubrir y valorar sin la ayuda de nuestro gran experto guía particular Daniel. Nos fue dando detalles de todo lo que teníamos delante de nuestros ojos, Puerta de la Bisagra, la ermita del Cristo de la Luz, Puente de San Martín, etc, etc.
Después de este recorrido por los alrededores subimos al casco histórico, por las modernas escaleras mecánicas. Y como quizás muy bien habían previsto era el momento oportuno para tomar las cervecitas a las que fuimos invitados por Ellos. Bajando por callejuelas toledanas llegamos a (Alfileritos 24) donde nos esperaba la comida es este restaurante muy acogedor ¡por cierto estaba todo buenísimo!
Después de la relajada comida nos encontramos de nuevo con fuerzas para continuar la visita cultural, en el recorrido pasamos por una pequeña Mezquita de estilo Islámico, para después llegar a la plaza Zocodover donde también esta el Arco de la Sangre. En esta bonita plaza pudimos ver el edificio donde habían vivido nuestros anfitriones cuando llegaron a Toledo.
El cansancio se iba notando, y decidieron que fuésemos todos a tomar la copa a su casa, (donde más de uno íbamos preocupados por el espacio, ya que éramos muchos) Pero nuestra sorpresa fue, que podíamos haber estado toda la peña al completo sin ningún problema.
Esto es algo de lo que paso el sábado, pues querer describir todo, seria muy pesado para el que lo lee. Otros contaran parte de cosas que me dejo sin contar.
Gracias de nuevo a esta pareja de parte de Jesús y mía.

1 de octubre de 2010

LA GARGANTA ( CIUDAD REAL )


El pueblo donde crecí y del que tengo mis recuerdos de niñez
Este pueblo o finca, estaba situado en sierra Madrona en el límite de Ciudad Real con la provincia de Córdoba.


Subiendo del Valle de los Pedroches hacía la Mancha, La Garganta era un oasis o vergel junto a la sierra. Hablar de este pequeño pueblo de trabajadores es recordar un bosque de eucaliptos, pinos, sauces llorones, acacias, mimosas, muchas mimosas, mucha agua y todas las flores que uno pueda imaginar. Los jardines era lo que identificaba al pueblo, sus casas todas iguales de teja roja y pintadas de blanco, algunas con su jardín en la puerta repletos de rosales, geranios, hortensias etc.


Un bosque unido a la sierra, que hablando de naturaleza podemos imaginar la cantidad de animales, desde venados, corzos, jabalíes lobos también algún gato montes que podíamos encontrar en las inmediaciones de la sierra y que alguna vez también bajaban hasta cerca del pueblo. Por algo todos los años se organizaba una montería de caza mayor. Los días de montería se vivían en La Garganta como una fiesta, lo mismo para mayores como para pequeños. 


Venían los Jefes con sus invitados franceses, también acudía algún ministro español de la época. Había que tener todo a punto para esos días empezando por la casa de huéspedes, jardines, caballos y puestos de tiro estratégicos en la sierra donde cada día de montería acudiría cada señorito acompañado por su mozo ayudante. (Mi padre siempre acompañaba a una señorita que luego le daba latas de foie gras, mermeladas y otras chucherias francesas que nosotros esperábamos con ilusión) al final de cada día era acercarse a ver las piezas cazadas, que luego una vez limpias repartían entre todos los del pueblo.

El pueblo estaba dividido en dos partes en la zona llamada de arriba estaba la Iglesia, (en la que todavía, cada 16 de Julio se venera a la Virgen del Carmen) también las escuelas, casa del maestro, panadería y tienda. Bajando por un paseo de acacias había un gran pilón con un grifo, allí era donde saciábamos la sed todos los niños en los recreos y a la salida de la escuela. A la izquierda quedaba la casa del practicante y a la derecha las viviendas de los obreros.


Para llegar a la zona de abajo había que cruzar un arroyo por un puentecillo de madera;este puente era estrecho (apenas podían cruzarse dos personas) Bajando este arroyo cubierto de zarzas, teníamos otro paso para cruzar este arroyo en invierno, había que ser equilibrista para no caer al agua, pues el puente solo era un tronco de árbol grande, pero no tardábamos mucho en aprender si no querías bañarte. Todo esto estaba lleno de huertos con nogales, árboles frutales y hortalizas según la temporada del año que cada dueño cuidaba para sustento de su casa. Mas arriba estaba el chorrillo y el puente grande por donde podían pasar los coches de caballos cuando había que subir a Don Rogelio y a Doña Ana siempre que acudían a misa.


En la parte llamada de abajo estaba la casa de los jefes, rodeada de grandes jardines, desde fuera se podían ver palmeras y muchos rosales que cubrían los muros exteriores. También estaba la casa de huéspedes, las cuadras donde estaban los coches de caballos, carretas o tartanas y los propios caballos. (De todo esto se ocupaba mi tío Adolfo) Casi enfrente de las cuadras teníamos la fragua y carpintería, y muy cerca de todo esto había un enorme sauce llorón y debajo una fuente o chorro continuo cayendo a un pilón, el agua era fresquita, venia del pantano que esta en la sierra.


Estos son los recuerdos que puedo recopilar en mi memoria, se que me dejo muchas cosas que otros quizás recordarán pero me he limitado a contarlo como lo veía en aquellos años en que todo nos parecía mas grande, las distancias muy largas pero todo precioso, recordado con el paso de los años y la añoranza.
Hoy en día no queda casi nada de lo que describo en esta historia, por eso cuento todo en pasado, queda la Iglesia y poco más. Pero nos queda la sierra para mirarla desde lejos, porque allí no se puede pasar si no es el día de La Virgen, o con el permiso de los guardas forestales. Es una finca particular reservada para caza mayor.


                   Rafaela

 
Como lo que acabo de contar sólo son recuerdos personales, dejo también la historia real de La Garganta principio y final.
                          
                                     COPIO Y PEGO 

La Garganta nació cuando el municipio de Peñarroya absorbió, en 1908, la Nueva Sociedad de las Minas del Horcajo, en cuya propiedad figuraba una finca rústica de 6.919 hectáreas donde no existía posibilidad de explotación minera; tal finca abarcaba los quintos de Navarrillo, Los Cerros, El Horcajo y La Garganta. Peñarroya decidió conservar aquellos terrenos, que completó adquiriendo Matas Hermosas, Navaquemada, Añoras y Torneros quedando, al final, una finca de 15.600 hectáreas situada entre los términos municipales de Brazatortas y Almodóvar del Campo y a la que se decidió llamar La Garganta.

En 1912 Peñarroya emprendió el ordenamiento forestal de la finca, que se había convertido en orgullo de la Sociedad y en capricho particular de Frédéric Ledoux, hijo de Charles Ledoux. Los sitios más agrestes se repoblaron de eucaliptos destinados a madera (en 1920 la masa arbórea en propiedad de la Sociedad alcanzaba un valor de cinco millones de francos), mientras que las zonas aptas para el cultivo se roturaron (para lo que Peñarroya importó modernas máquinas de vapor que causaron gran impresión en la comarca) tras limpiarlas de broza y monte; al tiempo se construyeron caminos, viviendas, sistemas de riego y todo lo necesario para convertir aquella zona en una prometedora explotación agroforestal. En 1914 una fabrica textil, dedicada a confeccionar sacos para el envase de abonos orgánicos, y otra maderera completaron la labor de Peñarroya en La Garganta. La crisis a la que se vio sometida la Sociedad a mediados de los años veinte hizo que estas dos fábricas fueran vendidas por Peñarroya en 1928, la de papel a Papelera del Sur y la textil a La Yutera.

En 1968, ya con todas las explotaciones de Peñarroya en la provincia de Ciudad Real agonizantes, se cedieron al Patrimonio Forestal del Estado, por intermedio del ICONA, 3.285 hectáreas de monte de La Garganta, y, años más tarde, se decidió la enajenación total de la finca a la sociedad Villamagna, filial de explosivos Río Tinto. Hoy, y tras haber cambiado varias veces de manos, La Garganta es una de las fincas de caza más importantes de España.

22 de septiembre de 2010

CARTA A MI HERMANA


Mi madre con mi hermana en brazos, la otra niña soy yo
Éramos dos hermanos José Mª de 4 años y Rafaela de 2, mis padres Sebastián y Pilar esperaban su tercer hijo, (por entonces no se sabía si seria niño o niña) pero mira por donde fue niña, con prisa por venir a este mundo, nació a los seis meses de gestación. En aquellos años 50 no era fácil sobrevivir al nacer en esas circunstancias con tan poco peso, creo que no llegaba al kilo. -Cuando recuerdo a mi madre contarlo, que seria muchas veces- nos ponía un ejemplo. Unía las dos manos y sólo las separaba como dos dedos y decía: ¡Veis así es la mejor manera de poderos decir lo pequeñita que era, en una mano estaba la cabecita y en otra el culito, lloraba como un gatito recién nacido! Le pusieron de nombre Pilar.

Nadie al verla podía pensar en que iba a poder vivir por mucho tiempo. Solo el amor de una madre lo consiguió. Mi madre le hizo un tipo de incubadora con dos tejas que calentaba en la lumbre y las forraba con algodones, esto debía de ser una dedicación plena para que las tejas nunca estuvieran frías, la leche se la daba con un dedal de costura, era tan poquito lo que admitía su estomago, no tenia fuerza para succionar, no se podía hacer de otra forma, podemos imaginar que también esto debía ser muy a menudo, lo mismo de día que de noche.

Cuando mis padres vieron que superaba el primer mes estaban la mar de felices, pero notaban que algo le faltaba en su alimentación y alguien les aconsejó que era bueno darle leche de burra y así lo hicieron, ellos procuraron que no le faltara esta leche hasta que fue ganando peso y pudo comer papillas, luego su alimentación fue normal.
Hasta los dos años se crió algo más pequeña para su edad pero a los tres era completamente normal y se la podía ver siempre con mi padre con las ovejas y demás animales que tuviéramos, siempre tenia uno de cada especie que la seguía, un pollo, un pavo un cerdo la potrilla hasta una ternera que compro mi padre la seguía por todas partes. Le encantan los animales. Lo heredaría de mi madre que también le gustaban mucho.
Como decía antes, cuando tenia tres o cuatro años se hizo muy independiente empezaba a andar y no paraba, se perdió que yo recuerde dos veces, todos los vecinos de San Serafín buscando por todas partes porque la niña no aparecía, todos llorando, y se oyen voces desde la estación de La Garganta, era una vecina que se llamaba Cesárea muy amiga de mi madre, había llegado hasta allí siguiendo el camino, tan contenta.
La otra vez que se perdió debió de estar mucho tiempo perdida, porque recuerdo ver a todos con mucha desolación, la niña no aparecía, cuando la encuentran estaba en la orilla de un pozo de la mina, este pozo estaba dentro de un caserón, la entrada era como una ventana a la cual había tenido que subir unos dos metros, luego había un bordillo todo alrededor del pozo como de medio metro, y allí al fondo estaba ella sentada con los pies colgando en el pozo. Podéis imaginar la angustia de mi padre, pero a la vez con la tranquilidad que le hablaba, consiguió que se pusiera de pie y luego hacerla venir hacia la puerta, mi padre siempre dijo que si pasa a por ella no lo hubiera conseguido, porque el hueco que había entre el pozo y la pared era tan pequeño que no cabía el cuerpo de un hombre. Fue un milagro mas, así lo contaban siempre mis padres.
Esto lo hemos recordado ella y yo muchas veces, era a la vez una forma de recordar a nuestra madre que por desgracia no pudimos tener muchos recuerdos ya que nos dejo tan pronto.
. Pero esta vez se lo dedico a ella mi hermana Pili, para que sepa cuanto la quiero.

Rafi.

14 de septiembre de 2010

Dª AMALIA Y VIAJE A HUELVA

Soy la del medio de las tres niñas de la izquierda.










Al jubilarse Dª Maria, vino de maestra la hija de Dº Ricardo el maestro de los niños.
Se llamaba Dª Amalia y era muy joven. Llegaba con nuevas ideas de la enseñanza.
Puso la norma de llevar babis blancos, que tenían que estar impecables todos los días.
Una imagen que tengo en mi memoria es en los días de invierno una silla junto a la lumbre con los babis secándose para el día siguiente y a mi madre plancharlos por la mañana con aquella plancha de hierro que también se calentaba en el fuego.



Cuando llegó Dª Amalia se encontró con una escuela de niñas, que las de diez años solo sabíamos leer escribir y poco mas. Entonces se puso manos a la obra empezando casi de cero, hicimos caligrafía, sumas y rectas, como si no lo hubiéramos hecho nunca.Poco tiempo después estábamos haciendo problemas de quebrados o raíz cuadrada.
También era dura con los castigos, igual que su padre la vara era algo que dominaban bien. Pero creo que en dos años consiguió enseñarnos más de lo que habíamos aprendido hasta entonces.



En las tardes seguíamos con labores. Nos enseño a bordar en tul, un trabajo que era muy delicado y nada fácil. Lo conseguimos aprender unas cuantas, le hicimos dos mantillas españolas, una blanca y otra negra, aquella labor nos parecía interminable, pero una vez terminadas eran una preciosidad, que junto con otras muchas labores de toda la escuela haríamos una exposición que llamo la atención a todo el que pudo verla.



Recuerdo cuando nos dijo de hacer un viaje a Huelva pasando por Córdoba y Sevilla. Aquello a nuestros años era algo inalcanzable, primero para convencer a los padres, después que había que ganárselo con rifas teatrillos y hasta recogiendo niscalos para después venderlos. Lo del viaje no todos lo veían bien, al ser tan pequeños pues no tendríamos los 12 años. (Esto era en los años 60)
De alguna manera convencimos a los padres. Vendíamos con ilusión las rifas, atosigando un poco a nuestras madres que fueron las que mas nos compraban.
El viaje se hacia en autocar parando en Córdoba para ver la Mezquita y llegaríamos a dormir a Sevilla. Creo que serian días de feria pues recuerdo como nos quedamos sorprendidos, con ojos de niños que nunca habíamos visto tanta gente en corros, vestida de faralaes y bailando sevillanas. “Debieron de pasar años hasta que comprendí que Sevilla no solo era sevillanas y juerga” De aquel viaje no recuerdo haber visto la Giralda ni nada mas solo que esa noche dormimos en la Calle de la Sierpe. Nos fueron repartiendo en habitaciones y advirtiéndonos que nada de movernos ni de la cama. (Ellos eran los maestros y algunos jefes de La Garganta con sus mujeres, supongo que nos acostaron y se irían a cenar y a la feria) nosotros, cada habitación no conseguiría dormir de las emociones vividas, del ruido de la calle (a mi me parecía que en Sevilla no se dormía nunca) y también de pensar que al día siguiente estaríamos viendo el mar.
Llegamos a Punta del Sebo una playita que hoy ya no existe. Para nosotros era algo impresionante ver tanta agua y poder meternos dentro, pero el problema era que no teníamos bañador así que nos alquilamos unos (seria por horas no recuerdo muy bien como fue aquello) pero lo que nunca olvidare es la tela que nos sobraba a todas en la parte del pecho, eso fue un desfile de modelos de lo mas original, nos mirábamos unas a otras sin parar de reír y los chicos mas de lo mismo “allí sobraba tela o faltaba carne.”




Después del baño en el mar, nos llevaron al Monasterio de La Rábida. Esto fue lo que más me impresiono de aquel viaje. Ver la cuna del descubrimiento de América, las distintas dependencias que explicaban como fue el momento de la llegada de Colon al nuevo mundo. Ver la sala de las banderas de las distintas naciones, debajo de cada bandera había un cofre con la tierra del país visitado. No puedo decir porque recuerdo perfectamente este Monasterio. ¿Será porque no he vuelto nunca? Es raro que La Giralda y la Mezquita lo recuerdo siempre en otros viajes mucho tiempo después. (De aquella vez, se que estuvimos porque me lo cuenta mi prima Josefita) “Siempre hay cosas que se te quedan en la memoria y otras no.”




Después también nos llevaron a las bodegas Osborne en el Puerto de Santa Maria.
Los días que duro este viaje serian tres o cuatro. La vuelta a la Garganta se nos hizo bastante larga, el autocar se “cansaba” igual que nosotros y hubo que parar para que lo arreglaran. A nosotros al que no se le acabó la comida se le había estropeado con el calor, pero después de todo llegamos contentos de la experiencia vivida.
Seguro que no habrá ninguno de los de aquel viaje que no tenga un buen recuerdo del mismo.

27 de julio de 2010

RECUERDOS DE LA ESCUELA

Soy la 1ª derecha agachada.
Algo que siempre nos queda grabado de nuestra niñez son los recuerdos de la escuela.
Nos levantaban muy temprano, para ese momento ya estaba la buena lumbre en invierno y unas buenas migas con torreznos, las migas las terminábamos con un buen tazón de leche. (Mi padre era pastor)
Para llegar a la escuela teníamos que hacer el recorrido andando entre eucaliptos, este camino lo andábamos todos los días, desde Minas de San Serafín a La Garganta, solo algún día de lluvias torrenciales llegábamos al arroyo, si el agua cubría el puente vuelta a casa tan contentos.
Hablo en plural porque iba con mi hermano, mi hermana y algunos niños más de la zona a mitad del camino nos uníamos a otro grupito que venían de la estación de la Garganta. No se cuanto tardábamos pero creo que aunque íbamos repasando la lección o la tabla de multiplicar, nos entreteníamos mirando un pájaro, una mariposa o una lagartija, la caminata era larga.
La vuelta era jugando, a mi hermano le gustaba mucho el fútbol, y si faltaban chicos nos ponían a mi hermana y a mi de porteras, algo que también le gustaba era subirse a los eucaliptos y tirarse con el paraguas abierto, decía que le servia de paracaídas, pero nunca consiguió una bajada suave

y planeando como pensaba, solo conseguia llegar con algun golpe que trataria de ocultar para no tener que explicar como había sido. Y ahí estaba yo de sufridora pensando en la reprimenda

o algo mas, que se llevaría cuando llegásemos a casa, primero porque los partidos me parecían muy largos (será por lo que no me gusta el fútbol) otra cosa era que le regañaba mi padre por romper las botas que él nos hacia. (Mi hermano parecía brasileño, jugaba al fútbol hasta con una piedra y descalzo)
Como el horario de la escuela era mañana y tarde, había que llevar la taleguilla con la comida, mi madre nos preparaba un pucherillo, llegábamos a casa de Paca y Miguel Carmona, ella lo ponía en la lumbre y allí comíamos a medio día. Con que cariño recuerdo a esta mujer, que cuando vivía nunca tuve tiempo de darle las gracias. También comíamos muchas veces donde mi tía Maria que vivían en el pueblo de abajo.


La escuela de las niñas estaba junto a la Iglesia, detrás estaba la de los chicos. La entrada era agradable a mi me lo pareció siempre, había una estufa de carbón, como llegábamos con frió del camino la sensación era acogedora. Otra cosa era cuando llegaba la hora de dar la lección, hacer el dictado o decir la tabla de multiplicar,la maestra estaba preparada con la varita y como es normal siempre había alguna que no teníamos los deberes bien hechos, aunque ese día no fuese a ti, pero lo pasabas mal de ver como le daba a la de turno.


La hora del recreo era siempre esperada con alegría, jugábamos según la época del año, la comba y el truque creo que era en invierno y ya en primavera que empezaba a calentar el sol se jugaba al juego de las chinas buscando algo de sombra sentadas en las escaleras de la Iglesia, recuerdo muchos mas juegos pero no todos se podían jugar en la puerta de la escuela, había unas piedras que no era graba, eran piedrecillas mucho mas gordas (seria para evitar el barro que se pudiera formar en la puerta)


Todas las tardes eran para labores, vainicas, bordados y sobre todo bolillos, a esa hora la escuela era un sonsonete de palillos, que no envidiaba a la plaza de Almagro cuando años después la he conocido. Si era el mes de Mayo se cantaban canciones a la virgen mientras hacíamos labores, otras veces leíamos, recuerdo esas tardes de invierno como muy relajadas, leyendo o escuchando leer. ¿Siempre me he preguntado que haría la maestra con tanto encaje de bolillo? pero creo que a mi me hizo una profesional de este arte, cuando han pasado los años y he tenido tiempo, me ha gustado recordarlo dando alguna clase y rápido me dijeron. ¿Tu has hecho muchos bolillos? (Siempre hay cosas buenas que recordar de las maestras).


Dª Maria era bastante mayor siempre vestida de negro y tenía sus pequeñas manías, todas las de mi escuela recordaran cuando se le olvidaba en su casa el Pañuelo de Seda. Siempre mandaba a dos a recogerlo. Decirle a mi hermana que os de el pañuelo de seda pero no se os ocurra abrirlo, que no me entere yo que abrís la cajita! (esta era una lata redonda con unas pinturas en la tapa a mi me parecía bonita, en aquel tiempo no había muchas cajas de esas) todas estuvimos mucho tiempo con la intriga, pero alguna, no se supo quien, sin temerle a la varita de olivo, le pudo la curiosidad y abrió la cajita y descubrió que el bonito Pañuelo de Seda era la dentadura postiza, toda la escuela nos fuimos enterando, pero ella creo que nunca supo que lo sabíamos. Que cosas, en aquellos años era mas vergonzoso llevar dentadura postiza que estar mellado.

9 de junio de 2010

¿Porque todos decimos que nuestro pueblo es el mejor?

Siempre oímos decir soy del pueblo mas bonito, o, como en mi pueblo no se está en ningún sitio, será porque se nació en el, hubo una infancia feliz que siempre añoras sobre todo cuando llegas a cierta edad en la que los recuerdos de aquellos años parece que fueron los mejores.
Bien pues aquí es donde personal mente discrepo de todas esas personas. Hasta la adolescencia fui muy feliz en el sitio que crecí, que no fue donde nací, (ahora si, tengo que decir que este es precioso en plena Sierra Madrona) a la edad de 13 años nos vamos a vivir al pueblo mas cercano, que hasta entonces yo había visto mas bien poco. Allí me dicen que ese es mi pueblo donde estoy bautizada y donde tendremos que vivir de aquí en adelante, todo normal eres niña y estas a gusto donde estén tus padres y hermanos. Lo que no sabíamos era lo que el destino nos tenía preparado. La muerte de mi madre al mes de estar viviendo allí. Estuve en este pueblo unos 3 años, los mas difíciles de mi vida, Hasta que nos vinimos a Madrid, tampoco fue fácil como para mucha gente en aquellos tiempos. Pero aquí en Madrid creces, haces tu vida, nacen tus hijos eres feliz, al pueblo vas poco, porque no tienes muy buenos recuerdos. De esto ya han pasado muchos años.
Me siento rara de no poder decir lo que mucha gente. ¡Me gusta mi pueblo!

Rafi.

7 de junio de 2010

El campo en primavera

El campo en primavera

Este año esta el campo precioso, tenemos hasta amapolas que hace tiempo que no se veian.

31 de mayo de 2010

ENCINAS DE CONQUISTA




CONQUISTA

Mi pueblo esta situado en el valle de los pedroches. Se llama Conquista en la provincia de Cordoba.